Catapultaré lo que siento a tus pies a ver si te salpica. Abandonaré este voyeur elegante y perfecto en su consecución y dejaré esta cuesta por la mitad. Como un crápula me reiré de mi corazón, lo abochornaré y me perderé en la escena. Seré un iconoclasta y quemaré en mi memoria tus ojos verdes, por si acaso me acuerdo. Escaparé de ti.
Pero te veo y comienzo de nuevo, aparece la vírgula traviesa que me une a ti. Vuelve la angustia. Y una vez más, despierto unido a ti.
CARLOS G. B.
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