lunes, 22 de febrero de 2010

EL PERDIDO


Si, padezco de una especie de despiste endémico
Que por estos días explota en suspicaz epidemia
Hace algunas noches perdí a mi diablo
Y aún no lo he encontrado
Porque también perdí el impulso
Y cuando esto sucede
Adormezco en un sueño viscoso
Que a decir verdad, no me ha permitido buscarlo.

No es raro que mi cerebro se pierda
Más sin embargo siempre regresa
Sobre todo cuando los pájaros en su canto me despiertan
Nunca vuelve solo, trae consigo nuevas historias que contar
Pero yo sé que nunca me lo cuenta todo

Vivo perdiendo el camino
Aunque de esto no me quejo
Visto que puedo conocer parajes diversos
Porque por donde me meta siempre hay un camino que seguir
Soy consciente que tal situación me transfiere cierta inconstancia

Perdí el sueño, el hambre, perdí el último tren a ninguna parte
Tales perdidas las relaciono con que no se donde dejé al amor
Tan patético suceso me deja desencajado, desestructurado, desarticulado, olvidado
Cuando encuentro la tristeza pierdo la alegría
Pero cuando pierdo la tristeza no encuentro la alegría
Siendo peor esta última condición

A veces pierdo mi templo
Y me hundo en la desesperanza de la inicua quietud de las horas
Estancado en el tiempo

Ahora me perdí a mi mismo
Y aunque sé que me tengo cerca, no me encuentro
Estoy seguro que algún día perderé la vida
Y lo único que pido es que cuando asuma tal perdida
Al menos, me haya encontrado

He perdido la discreta turbulencia que hace el viento en mis orejas
Y el resplandor fantasmal que dibuja la luna en unos ojos llorosos
Extraviado en canciones y destellos de artificio
Y es que me encanta perder el tiempo
Más lo único que no he perdido, es la soledad


Carlos G. B.

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