sábado, 13 de diciembre de 2008

CONFUSIÓN


Conocí a un escritor que versaba su trabajo sobre asuntos eróticos. Ya había experimentado con otros temas sin lograr gran cosa, de hecho, en la literatura erótica tampoco había alcanzado el reconocimiento que asumía merecerse. Pero este escritor me confesó que por esta vía conocía y se acostaba con bellísimas mujeres. Era realmente de lo que alardeaba.
Su modus operandi consistía en abordar a las señoritas que según él reunían las condiciones necesarias. Sin perder tiempo les ofrecía la posibilidad de participar en una porno literaria. Por supuesto esto causaba interés en las muchachas. « ¿Que es una porno literaria? » Le preguntaban, a lo que él con mucha elocuencia, respondía: « Una porno literaria consiste en que tu y yo nos reunimos en mi apartamento o en cualquier otro lugar y comenzamos a hablar sobre nuestras fantasías sexuales a la vez que interactuamos verbalmente como si estuviésemos teniendo sexo, sólo con palabras − aclaraba − . Luego, yo escribo un relato sobre lo dicho y ¡Bualá! »
Dos botellas de vino hacían el resto...
Un día conoció a una hermosísima mujer que de inmediato acaparó su atención. Después de prometerle que haría el relato erótico más profundo de su vida, la convenció de ir a su casa. Una vez ahí y mientras la situación se ponía más intensa, la sujetó por la cintura y la besó. Exaltado comenzó a desvestirla para darse cuenta con horror que se trataba de un hombre. « ¡Carajo! Yo pensé que eras una mujer. » Gritó con rabia y desagrado a lo que el chico-chica le repuso con decepción: « Y yo pensé que tu eras un escritor ».


CARLOS G. B.

3 comentarios:

Década dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Ha! EXCELENTE!

Anónimo dijo...

No es original...pero me gusta la frase final...un buen remate.