Melancólica panorámica del ayer, no del pasado
aguardas discreta entre las páginas de algún libro,
a veces, marcando un poema.
Fuiste tomada en lo alto de una terraza
donde divisaba todo pero no distinguía nada.
Oxidada en la polución de hoy, no del presente
desvaneces en mi, la noción lógica de tu existencia.
Siempre tan genuinamente adornada,
así eres tú, nostalgia...
Siempre perfecta.
KiKi Patiño
viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Y entonces, ¿Ahora de qué estamos hablando?
Cuna de libertadores
En resumen, la revolución de independencia costó a Venezuela la tercera parte de su población. ¿De qué otro país puede decirse otro tanto ?
Y no combatió Venezuela sólo por si y dentro de sus fronteras. Ella, tras de Bolívar, llevó la libertad a todas partes.
Las más sonadas batallas de Sur America , fuera de cuatro o cinco , las libraron Venezolanos: Taguanes, Aráure, San Mateo, La Victoria, Valencia, Bocachica, La Puerta; Aragua, Cumaná, Urica, Maturín, Juncal, San Félix, Mucuritas, Las Queseras, Calabozo, Mata Siete, Pagallos, Semen, Gámeza, Bonza, Pantano de Vargas , Bollacá;
Carabobo, Bonboná, Río Bamba , Pichincha, Ibarra , Matará; Junín, Ayacucho, Tarqui .
A Venezolanos se rinden las plazas fuertes de Guayana la baja , Angostura, Cartagena, Puerto Cabello, El Callao.
LOS Venezolanos Son los primeros que se declaran emancipados de Europa; son los que fundan la primera República de la America Latina; los que convocan y reúnen el primer congreso independiente; los que promulgan la primera constitución republicana; los que en el “nuevo mundo “ convocan y reúnen el primer congreso internacional, en 1826.
Por sus esfuerzos se crea la República de Venezuela en 1811, la de Colombia en 1819, la de Bolivia en 1825.
Un Venezolano , Sucre , destruye en las provincia Argentinas del Norte los ejércitos de Olañeta, que muere en Tumusla , después de haber oprimido aquel territorio por tantos años ; otro venezolano, el general Mariano Montilla , va a México : Ese mismo general Montilla, conquistador de Cartagena, recibe la adhesión de Colombia a Panamá ; otro venezolano, el general Juan Paz del Catillo, va a Chile y sirve de subjefe de estado mayor en Chacabuco; otro venezolano, Toma de Heres , con su batallón Numancia de barquisimetanos y barineses, asesta golpe mortal al poder realista en el Perú en tiempo de San Martín ; otro venezolano, el comandante Matute va a la Argentina con un escuadrón de llaneros del Guárico y Apure, que pertenece a la guardia de Bolívar—173 granaderos—penetra en la provincia de Salta , depone y destierra al gobernador , general Arenales , influye , manda , se hace adjudicar propiedades , desbarata a su propio aliado el general La Madrid, gobernador de Tucumán, se bate con ventaja contra los gauchos de Facundo Quiroga, y cuando no le queda de aquellos ciento setenta y tres granaderos sino un puño de venezolanos, todavía se parapeta tras unas tapias , y lucha y lucha contra un ejército hasta que los arrolla el número y Matute muere fusilado en la plaza de Salta. Era, hablando de esos granaderos de la guardia de Bolívar que el General La Madrid refiere al general O´Connor en sus Recuerdos, decía al mariscal Sucre en Chuquisaca: “ ¡ Ah mi general si me diera unos doscientos hombres como aquellos que llevó Matute yo le daría cuentas a toda a confederación Argentina! “
Los venezolanos pasearon por casi todo el continente la bandera de tres colores creada por Miranda; la vieron flotar un tiempo sobre una isla del Caribe – La República Dominicana , declarada independiente de España y parte integrante de Colombia– La supieron triunfadora en las costas mismas de Europa , a bordo de nuestros buques de presa; la saldaron en la cumbre del Potosi y soñaron con llevarla al Asia para libertar a Filipinas, a las costas del África para independizar a las canarias , a la misma a España para derrocar a Fernando VII e imponer la república y la democracia, de acuerdo Bolívar con los liberales de la Península .
Por último, venezolanos fueron todos los generales en jefe de la Gran Colombia; venezolanos los primeros presidentes de cinco republicas de América .
Daniel Florencio O ´Leary
(Bolívar y las repúblicas del Sur)
En resumen, la revolución de independencia costó a Venezuela la tercera parte de su población. ¿De qué otro país puede decirse otro tanto ?
Y no combatió Venezuela sólo por si y dentro de sus fronteras. Ella, tras de Bolívar, llevó la libertad a todas partes.
Las más sonadas batallas de Sur America , fuera de cuatro o cinco , las libraron Venezolanos: Taguanes, Aráure, San Mateo, La Victoria, Valencia, Bocachica, La Puerta; Aragua, Cumaná, Urica, Maturín, Juncal, San Félix, Mucuritas, Las Queseras, Calabozo, Mata Siete, Pagallos, Semen, Gámeza, Bonza, Pantano de Vargas , Bollacá;
Carabobo, Bonboná, Río Bamba , Pichincha, Ibarra , Matará; Junín, Ayacucho, Tarqui .
A Venezolanos se rinden las plazas fuertes de Guayana la baja , Angostura, Cartagena, Puerto Cabello, El Callao.
LOS Venezolanos Son los primeros que se declaran emancipados de Europa; son los que fundan la primera República de la America Latina; los que convocan y reúnen el primer congreso independiente; los que promulgan la primera constitución republicana; los que en el “nuevo mundo “ convocan y reúnen el primer congreso internacional, en 1826.
Por sus esfuerzos se crea la República de Venezuela en 1811, la de Colombia en 1819, la de Bolivia en 1825.
Un Venezolano , Sucre , destruye en las provincia Argentinas del Norte los ejércitos de Olañeta, que muere en Tumusla , después de haber oprimido aquel territorio por tantos años ; otro venezolano, el general Mariano Montilla , va a México : Ese mismo general Montilla, conquistador de Cartagena, recibe la adhesión de Colombia a Panamá ; otro venezolano, el general Juan Paz del Catillo, va a Chile y sirve de subjefe de estado mayor en Chacabuco; otro venezolano, Toma de Heres , con su batallón Numancia de barquisimetanos y barineses, asesta golpe mortal al poder realista en el Perú en tiempo de San Martín ; otro venezolano, el comandante Matute va a la Argentina con un escuadrón de llaneros del Guárico y Apure, que pertenece a la guardia de Bolívar—173 granaderos—penetra en la provincia de Salta , depone y destierra al gobernador , general Arenales , influye , manda , se hace adjudicar propiedades , desbarata a su propio aliado el general La Madrid, gobernador de Tucumán, se bate con ventaja contra los gauchos de Facundo Quiroga, y cuando no le queda de aquellos ciento setenta y tres granaderos sino un puño de venezolanos, todavía se parapeta tras unas tapias , y lucha y lucha contra un ejército hasta que los arrolla el número y Matute muere fusilado en la plaza de Salta. Era, hablando de esos granaderos de la guardia de Bolívar que el General La Madrid refiere al general O´Connor en sus Recuerdos, decía al mariscal Sucre en Chuquisaca: “ ¡ Ah mi general si me diera unos doscientos hombres como aquellos que llevó Matute yo le daría cuentas a toda a confederación Argentina! “
Los venezolanos pasearon por casi todo el continente la bandera de tres colores creada por Miranda; la vieron flotar un tiempo sobre una isla del Caribe – La República Dominicana , declarada independiente de España y parte integrante de Colombia– La supieron triunfadora en las costas mismas de Europa , a bordo de nuestros buques de presa; la saldaron en la cumbre del Potosi y soñaron con llevarla al Asia para libertar a Filipinas, a las costas del África para independizar a las canarias , a la misma a España para derrocar a Fernando VII e imponer la república y la democracia, de acuerdo Bolívar con los liberales de la Península .
Por último, venezolanos fueron todos los generales en jefe de la Gran Colombia; venezolanos los primeros presidentes de cinco republicas de América .
Daniel Florencio O ´Leary
(Bolívar y las repúblicas del Sur)
martes, 15 de febrero de 2011
EXORCISMO A LA INVERSA
Todo mi peso pendula sobre un trocánter y un olecranon, dos cabezas de alfiler trinchadas en un nudo de cuero que cuenta: un mentón en la mano, la mano en un brazo, los pies en el aire.
Ojos esmeralda como fantasmas suspendidos en la superficie refringente que da sentido a cualquier ventana. A esta ofreceré mis días, apenas sin cambiar de posición.
Mirada ancha que abarca la quieta vastedad, después, la cornisa. Desleída indiferencia.
El tiempo sentado a mi lado.
Tejas, historias sobre tejas, cielo, viento, sus partículas, luz, sombras del poniente. Todo frente a mí es vacío al que no voy con preguntas; como si a un nido de pájaros entrase.
Por mis venas sofocadas fluye la infinitorgasmia que recrea la inexistencia en el centro del hongo atómico, durante el primer instante.
Más allá de eso, quietud, el exorcismo a la inversa me hace sonreir
Más cerca, las nubes montan un juego extraño y las luces del alumbrado empiezan a saludar.
El tiempo se marcha y no se despide.
Ojos esmeralda como fantasmas suspendidos en la superficie refringente que da sentido a cualquier ventana. A esta ofreceré mis días, apenas sin cambiar de posición.
Mirada ancha que abarca la quieta vastedad, después, la cornisa. Desleída indiferencia.
El tiempo sentado a mi lado.
Tejas, historias sobre tejas, cielo, viento, sus partículas, luz, sombras del poniente. Todo frente a mí es vacío al que no voy con preguntas; como si a un nido de pájaros entrase.
Por mis venas sofocadas fluye la infinitorgasmia que recrea la inexistencia en el centro del hongo atómico, durante el primer instante.
Más allá de eso, quietud, el exorcismo a la inversa me hace sonreir
Más cerca, las nubes montan un juego extraño y las luces del alumbrado empiezan a saludar.
El tiempo se marcha y no se despide.
CARLOS G. B.
domingo, 6 de febrero de 2011
EL BOSQUE CADUCIFOLIO
El bosque auténtico son los árboles como Dios los puso,
desordenadamente ordenados,
mezclados con arbustos,
rodeados de los cadáveres de los gigantes que ha batido el rayo,
dando sombra a su vez, a los pequeños hijos de estos árboles
que buscan la luz y que quieren perpetuarse en esa unidad fantástica,
maravillosa, que se llama el bosque de hoja caduca,
El bosque caducifolio.
Félix Rodríguez de la Fuente
desordenadamente ordenados,
mezclados con arbustos,
rodeados de los cadáveres de los gigantes que ha batido el rayo,
dando sombra a su vez, a los pequeños hijos de estos árboles
que buscan la luz y que quieren perpetuarse en esa unidad fantástica,
maravillosa, que se llama el bosque de hoja caduca,
El bosque caducifolio.
Félix Rodríguez de la Fuente
viernes, 21 de enero de 2011
RETRATO DE UNA DAMA (fragmento)
" Qué mejor don podía darse en una compañera que el de una mente vivaz, imaginativa, que le ahorrara a uno repeticiones y reflejara el propio pensamiento en una superficie pulida, elegante? Osmond detestaba ver su pensamiento reproducido al pie de la letra -así parecía rancio y tonto-; prefería que ganase frescura en la reproducción, como la letra en la música. Su egocentrismo no había tomado nunca la cruda forma de desear una mujer sosa; la inteligencia de esa dama tenía que ser una fuente de plata, no de barro -una fuente que él pudiese colmar de frutas maduras, a las cuales prestaría un valor decorativo-, de suerte que la conversación pudiera ser para él algo así como un postre servido. En Isabel encontraba la calidad argéntea de esa perfección; podía tocar en aquella imaginación con los nudillos y hacerla resonar. "
HENRY JAMES
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