jueves, 30 de septiembre de 2010

ELLA II



Ella existe y flota en el aire liviano de la altitud
Me empuja en las cuestas por la ruta pedregosa y zigzagueante
Camina conmigo en la inmensurable conciencia de quienes no llevan reloj
En la adversidad coloca con bello gesto flores en su cabello negro
Que como luceros después de la tormenta ofrecen paz al insomne
Abraza los árboles, camina descalza por la montaña, sonríe y embruja, tienta mi pasión con tierna frescura, con manos de algodón acaricia mi cara, calma su sed en mi.
En la hondonada un río refleja las estribaciones de la montaña
Los prados suben a las aldeas de abandonados molinos de piedra
Polo soltó los vientos rabiosos y en la casa de bahareque, a la luz del candil,
Veo arder sus ojos de café mientras un beso suyo posado en mí como un ángel alado, levita en mis labios
Déjà vu de sus sueños que jamás olvida y en los que yo, sin querer, cohabito
Ella llegó con el tiempo y ahora haré silencio a ver si con suerte escucho los ecos de su loco corazón.
Nunca la he visto llorar pero imagino sus lágrimas como gotitas de marfil mojando mis ganas, apagando mi vida.

CARLOS G. B.

1 comentario:

akraia13nike dijo...

Disfrutar las flores del camino, así se llega.
Da una imagen de ese momento pero con una paz casi enviada por lemnia