miércoles, 21 de enero de 2009

NINGÚN DISCURSO


Ningún discurso, por interesante que se suponga, debe sobrepasar nunca los ocho minutos, pues tal es el tiempo que tarda la luz en llegar del sol a la tierra. Después de ocho minutos todo lo estamos viendo bajo una luz diferente, de modo que más convendría callarse y meditar en otro asunto.


EUGENIO MONTEJO (El cuaderno de Blas Coll. Fragmento)

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