Le merde lo impregna todo.
Cae pesada sobre lo intangible y lo trasmuta en algo real,
Indefectible, incomprensible.
Le merde es un estado de desesperanza extremo,
Donde la anhedonia, comanda.
Son siete las atmósferas que evitan el desplazamiento, hasta de las ideas.
Sobre todo éstas, sufren el influjo de Le merde.
El pegoste en la dermis, asquea.
La salida pareciera estar en otra dimensión, quizás, en otro universo.
La sucesión monótona de cartas limita la vida a sólo dos coordenadas.
Su contenido se repite, siempre de formas distintas, tanto, que aburren.
Le merde es inamovilidad, quietud infinita.
Le merde permite ver hacia adentro.
Se ha de estar conciente que se corren peligros al querer entender a Le merde,
Quedarse en Le merde hasta que la memoria se confunda con el final, es siempre posible.
Le merde y la locura, van al paso, lo cual le agrega interés, a la locura.
Saldrán manuales para entender Le merde pero sólo se centrarán en acertijos para bobos.
Alguno escribirá sobre Le merde y algunos otros leerán lo que éste escriba.
Ideologías nuevas, tal vez el exterminio o el desierto rojo, podrán derivar de Le merde.
Le merde es transformación, evolución.
Era Le merde desde antes que las fórmulas matemáticas paridas por sabios (siempre de tierras ajenas) calcularan el principio de todo,
Y no me queda duda que pervivirá más allá del fin, que no comprendemos.
Todo está inmerso en Le merde y Le merde, al final, lo es todo.
Le merde es sobre todo, contradicción.
Cae pesada sobre lo intangible y lo trasmuta en algo real,
Indefectible, incomprensible.
Le merde es un estado de desesperanza extremo,
Donde la anhedonia, comanda.
Son siete las atmósferas que evitan el desplazamiento, hasta de las ideas.
Sobre todo éstas, sufren el influjo de Le merde.
El pegoste en la dermis, asquea.
La salida pareciera estar en otra dimensión, quizás, en otro universo.
La sucesión monótona de cartas limita la vida a sólo dos coordenadas.
Su contenido se repite, siempre de formas distintas, tanto, que aburren.
Le merde es inamovilidad, quietud infinita.
Le merde permite ver hacia adentro.
Se ha de estar conciente que se corren peligros al querer entender a Le merde,
Quedarse en Le merde hasta que la memoria se confunda con el final, es siempre posible.
Le merde y la locura, van al paso, lo cual le agrega interés, a la locura.
Saldrán manuales para entender Le merde pero sólo se centrarán en acertijos para bobos.
Alguno escribirá sobre Le merde y algunos otros leerán lo que éste escriba.
Ideologías nuevas, tal vez el exterminio o el desierto rojo, podrán derivar de Le merde.
Le merde es transformación, evolución.
Era Le merde desde antes que las fórmulas matemáticas paridas por sabios (siempre de tierras ajenas) calcularan el principio de todo,
Y no me queda duda que pervivirá más allá del fin, que no comprendemos.
Todo está inmerso en Le merde y Le merde, al final, lo es todo.
Le merde es sobre todo, contradicción.
KiKi PaTiÑo
1 comentario:
Has sabido definir a la perfección lo que nos pasa a muchos en más de una ocasión. Pero por favor, sin eufemismos. "La mierda" es siempre la mierda por mucho que la disfraces con el francés, aunque suene más fino.
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